No hay ninguna otra persona a nuestro alrededor.
No vivimos en ninguna parte. No tenemos edad. No
tenemos rostro. No hacemos distinción entre el día y la noche. No vivimos en ninguna época. Lo único que tenemos
son nuestras dos pantallas, cada cual de manera estricta
y secreta por su cuenta, y compartimos una afición:
nos interesamos por una persona absolutamente desconocida.
¡Bravo!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario